jueves, 20 de marzo de 2025

el arte de darse cuenta

A menudo si olvidamos de observarnos bien, de estar conectados... suelen repetirse las maneras en que reaccionamos frente a situaciones que nos suceden en lo cotidiano y que, a veces, terminamos naturalizando.
Darse cuenta, observarnos... justo en ese preciso instante, donde nuestro cuerpo nos envía, de manera sutil, una señal que indica que algo no nos está sentando bien, es algo que debemos intentar no pasar por alto. 
Tal como decía J. Krishnamurti, el "darse cuenta" es simplemente ser consciente y observar los movimientos de la mente, sin interpretarlos.
 
A dónde voy con ésto? a contarles que hace unos días experimenté tal cansancio a nivel laboral debido a ciertas presiones y exigencias que demandan uno de mis trabajos que, llegué a sentir que empezaba a contracturarme y ponerme de un humor que no me gusta para nada, porque sé que sólo conduce a restar y sentir aún más cansancio. Es, entonces, en esos momentos en que logro darme cuenta y voy en busca de algunas de las herramientas o simples actividades que vengo hace tiempo poniendo en práctica y que, cuando logro hacerlo, doy fé que funcionan: como ser, salir afuera y respirar profundo, ver la luz del sol, estirar el cuerpo, para luego retomar con lo que estaba haciendo. O bien, al terminar de trabajar, salir a caminar para despejar y mover el cuerpo y/o tender el mat y realizar mi práctica de yoga, respirar y dejar que el cuerpo se mueva, la mente descanse y todo se convierta en una especie de meditación.

Parece un disco repetido eso que cuesta a veces poner en práctica herramientas que nos hacen bien, pero bueno, hay una realidad y es que somos seres humanos viviendo una experiencia y, tal como decía C.G.Jung "nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad". Y ahí es donde ese darse cuenta, el ser conscientes y observarnos, estar presentes en lo que hacemos, percibir cómo se hace y qué se necesita frente a los aconteceres de la vida misma, puede ser de gran utilidad en momentos o situaciones que nos demanden ciertas energías. 

En ese sentido, para que ese comenzar a darse cuenta, sea sencillo y simple, esté al alcance de la mano - algo que ya vengo mencionando en otros artículos, es conectar con el simple acto de respirar, pero no como lo hacemos habitualmente, sino de una manera consciente y simplemente, observarnos... porque se sabe que es y siempre será una herramienta de ayuda en situaciones que nos provoquen niveles de estrés, estados de ansiedad, de angustia, enojos, miedos, etc. y evitar así que el cuerpo termine expresándose en alguna dolencia física o enfermedad.
Empezar por este pequeño paso, de volver a respirar conscientemente, por más que suene quizás repetitivo, es lo mejor que podemos hacer... en todo momento, en toda circunstancia, porque estamos respirando y eso, es vida.


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