jueves, 22 de mayo de 2025

transitar el camino del medio

Desde el punto de vista budista, el Camino del Medio (término en sánscrito: madhyama: medio o central - pratipada: camino o víase refiere a una forma de pensamiento y acción que evita los extremos, tanto a nivel intelectual como práctico, y se enfoca en la sabiduría y en una comprensión más equilibrada, orientándose hacia un camino que, podríamos decir, de iluminación y realización personal.

En ese sentido y sin retirarnos del mundo, las enseñanzas budistas hoy nos invitan a descubrir esa posibilidad en todas partes, como ser en la práctica de una meditación, en la tienda o el almacén, el trabajo, o en donde quiera que nos encontremos. Porque, en ese caminar por el medio, es donde vamos a lograr descubrir o mejor dicho, aceptar la realidad tal cual se nos presenta, donde existen todos los opuestos o las polaridades, desde la oscuridad y la luz, el frío y el calor, hasta la alegría y la tristeza, la confianza y el miedo, entre otros.

Y entonces, nos preguntamos: cómo aplicar ésta sabiduría antigua en nuestras vidas?
El Camino del Medio nos ofrece una especie de guía para que podamos llevar una vida más plena y satisfactoria, basada en el equilibrio, la moderación y la sabiduría, donde la comprensión de la felicidad la encontremos en la vida misma, no en la búsqueda de los extremos, sino en lo simple que la vida nos ofrece todos los días.
Algunos ejemplos prácticos, pueder ser: 
en la alimentación: evitar caer en el extremo de comer demasiado o de abstenerse de comer por completo, sino que encontrar un equilibrio que nos sirva a nosotros en cuanto a la manera de alimentarnos; porque tal - como nos recuerda el Ayurveda, si nos apetece comer algo pero a veces ese algo no nos sienta del todo bien, se puede optar por comer menos cantidad y buscar tomar algo para acompasar (infusiones, semillas) y así comenzar a conectar con una forma de alimentarnos más consciente.
en el trabajo: evitar entregarse por completo al trabajo al punto de descuidar la vida personal, sino intentar buscar un equilibrio entre las horas que trabajamos y nuestra vida personal; es importante cuidar nuestros vínculos... desconectar del trabajo cuando llegamos a casa, a modo de resetear nuestra mente y cuerpo de todo el día.
en las relaciones: evitar aferrarse o vincularse de manera obsesiva con otros, tampoco ser distantes, sino intentar cultivar vínculos saludables y equilibrados, en donde el dar y el recibir se den naturalmente, la comunicación siempre sea asertiva y valoremos lo interconectados que estamos.

Como mencioné al inicio, siento que la vida hoy nos está invitando a aplicar este principio budista del Camino del Medio y aceptar, de alguna manera, a vivir entre la salud y dolencias físicas y/o emocionales (o enfermedades que a veces somatizamos), así como también entre la incertidumbre y el control. Y claramente sabemos que fácil, no es... pero soy una convencida que si empezamos a practicar ese caminar por la vida más en términos medios, apreciando la variedad de colores que nos ofrece, podemos empezar a observar y darnos cuenta que la vida siempre nos pone en el lugar que debemos estar en un momento determinado, para abrirnos a nuevas experiencias, sean placenteras o dolorosas, y seguir aprendiendo y caminando por la vida de una manera más conectada, más consciente.

Por último, y para concluir podemos pensar también en el hecho de que nada en la vida es absoluto sino que también existe lo relativo y ahí es donde practicar el Camino del Medio puede llevarnos a desarrollar una mayor conciencia de nuestras acciones y reacciones, aceptar nuestras limitaciones y, mediante una práctica constante, poder encontrar ese punto medio o equilibrio en las situaciones diarias de la vida misma.

"Nadie nos salva, salvo nosotros mismos. Nadie puede ni debe.
Debemos recorrer el camino nosotros mismos."
Siddharta Gautama Buda


lunes, 5 de mayo de 2025

regularnos emocionalmente

¿Cómo saber si estamos emocionalmente regulados? si, frente a situaciones en lo cotidiano de la vida o al relacionarnos con otros, respondemos de manera asertiva o reaccionamos? En éste sentido, es donde busco profundizar acerca del tema porque creo no pasa por retirarnos del mundo, hacer rituales o estar meditando las 24hs para sentir que estamos en equilibrio sino que quizás, aprendiendo a observarnos en lo cotidiano, podemos reconocer nuestras emociones o al menos, empezar a registrar cómo nos encontramos emocionalmente hablando.

Después de años recorriendo estos caminos, desde lo personal, puedo llegar a la conclusión que lo emocional, aprender a procesar las emociones - sin reprimirlas, es lo más importante que podemos hacer por nosotros. Las emociones bien procesadas, expresadas y aceptadas, en el momento adecuado, son uno de los aspectos más importantes a trabajar en nosotros, tanto para lograr bienestar en nuestras vidas como para sentir que nuestro cuerpo está en armonía, a nivel físico y mental, para luego - si lo deseamos, llegar a trabajar en un plano más espiritual.

Con esto quiero decir que no hay emociones ni buenas ni malas, simplemente, son y depende de nosotros cómo saber procesarlas y canalizarlas de la mejor manera posible. Como solía decir Victor Frankl: "las circunstancias externas pueden despojarnos de todo, menos de una cosa: la libertad de elegir cómo responder a esas circunstancias."
Sentirse emocionalmente regulado no significa evitar sentir, sino todo lo contrario, ser consciente de las emociones que van surgiendo momento a momento y observar cómo respondemos, es decir, sentirlas de manera consciente, para evitar así responder desde el impulso. En definitiva, es intentar poder sostener las emociones que vayan surgiendo, pero sin sentirnos ahogados en ellas o bien, terminar negándolas.

De ésta manera, la regulación emocional podemos empezar por observarla en lo simple y cotidiano de la vida que, es ahí, donde debemos intentar poner el foco para poder llevar una vida más saludable, sentida y equilibrada, como por ejemplo:
- lograr tener una conversación incómoda, sin sentir que nos vamos desmoronar.
- poder tener un mal día, pero evitar ir destruyendo luego todo al paso.
- permitir darnos un descanso, sin sentir culpa, sin dar explicaciones.
- poder saber cuándo parar, ese "hasta que llegamos", cuándo decir "no".
- saber poner límites de manera asertiva, cuidarnos o preservarnos.

Podemos decir entonces que no necesitamos forzarnos o convertirnos en otra persona o realizar prácticas que no resuenen con nosotros, sino simplemente observarnos y ver qué funciona en nosotros, con qué resonamos, para poder sentirnos emocionalmente estables, más conectados con lo que somos, en definitiva, intentar ser coherentes con lo que sentimos y pensamos, para luego actuar desde un lugar más consciente.

Por último, sin olvidar que no hay fórmulas mágicas y que a veces suena fácil decirlo o escribirlo, se sabe que en la escuela de la vida todo se termina viendo en la práctica, porque es ahí donde podemos ir aprendiendo y regulando las emociones, desde la experiencia, dejando de lado todas las teorías y, simplemente siendo... de la mejor manera que podamos SER.

"Me gusta la gente sentipensante, que no separa la razón del corazón.
Que siente y piensa a la vez. Sin divorciar la cabeza del cuerpo,
ni la emoción de la razón." Eduardo Galeano


nervio vago: un hilo invisible a la calma

Anoche mientras tomaba un infusión de jengibre y reflexionando acerca de un libro que estoy leyendo y, sobre uno de los temas que destaca, l...