sábado, 25 de octubre de 2025

confiar en los procesos

Hay momentos en la vida en los que todo se mueve. A veces, sin previo aviso: los lugares cambian, las rutinas se desarman, las certezas se desmoronan. Y ahí estamos, sosteniéndonos entre lo que se va y lo que aún no llega.

El movimiento siempre me mantiene viva, pero hace un tiempo noté en mí cierta resistencia a seguir esos ritmos naturales. Intentaba entender, controlar, anticipar. Hasta que comprendí que nada florece si se lo presiona demasiado; que soltar el control también puede ser una forma de respirar y dejar que lo que tenga que ser, sea.

Confiar en los procesos no significa quedarnos quietos: es una forma de presencia. Es acompañar lo que sucede con calma, escuchar al cuerpo cuando pide una pausa, mirar con ternura lo que dejamos atrás - esa melancolía que también forma parte del camino - y reconocer que cada paso, incluso el incierto, nos lleva a donde necesitamos estar.

Hoy estoy en pleno movimiento - cambio de ciudad, de casa, de paisaje - y, en medio de tanto ir y venir, me repito una y otra vez: respirá... confiá... volvé a vos. Porque cuando la mente se resiste y busca respuestas, el corazón ya sabe el camino.

Decir “confiar” suena sencillo; poder hacerlo es profundamente liberador. Nos enseña que todo tiene su tiempo y que no todo depende de nuestro hacer. La vida, cuando la dejamos fluir, siempre encuentra su manera de sostenernos.

Cuando el corazón guía, el camino tiene sentido.

Para cerrar, quiero compartir un fragmento del libro Las enseñanzas de Don Juan, de Carlos Castaneda, que resume este sentir:

“Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta... ¿Tiene corazón este camino?
Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte.
... Si el camino tiene corazón, es bueno; si no, de nada sirve.
Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él.
El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte, el otro te debilita.”

 

sábado, 4 de octubre de 2025

la incertidumbre como motor

Cuando lo incierto se hace presente, se abre frente a nosotros una oportunidad: la de escucharnos y volver a confiar.
Este texto nace desde ese lugar: el de aprender a soltar el control y confiar incluso cuando nada es seguro. Es una invitación a mirar la incertidumbre no como enemiga, sino como una aliada que nos impulsa a transformarnos y crecer.

En este momento de cambios y movimiento que estoy transitando, puedo percibir que cada vez que algo se vuelve incierto en mi vida, algo dentro de mí también se pone en marcha. Frente a lo desconocido, me activo. Es como si la falta de certezas encendiera en mí una chispa que me impulsa a tomar decisiones, a veces tan grandes, que cambian por completo el rumbo.

Siento que, a veces, no tenemos todas las respuestas, y aun así elegimos dar el salto. Confiamos, aunque no sepamos bien en qué. Y quizás ahí esté el verdadero sentido de la vida: en animarnos a movernos incluso cuando no vemos con claridad el camino.
Porque la incertidumbre no siempre llega para desordenar, sino también para mostrarnos que somos más fuertes, más flexibles y más capaces de reinventarnos de lo que creíamos.

Ayer, hablando con mi hermano, volví a sentirlo. Esa sensación de que los seres humanos muchas veces reaccionamos justo ahí, en ese punto donde nada está claro. Cuando no sabemos del todo hacia dónde ir, pero intuimos que quedarnos quietos no es opción. Entonces, damos un paso. Buscamos una salida. Y ese movimiento, aunque sea pequeño, ya empieza a transformar algo.

Según la filosofía budista, lo único permanente es el cambio. Y que la seguridad que creemos tener es, en realidad, una ilusión que nos calma: una forma de sentirnos a salvo por un rato. Aceptar - que nada es seguro - puede asustar, pero también libera.

Amigarnos con la incertidumbre - con sus olas, sus pausas y sus giros -  es, a veces, lo más saludable que podemos hacer. Confiar en nosotros, en los procesos, y permitir que la vida, poco a poco, encuentre su propio orden.

Hoy elijo habitar este cambio con presencia, respirando entre lo que se va y lo que comienza. A veces, confiar no es entenderlo todo, sino seguir respirando en medio de lo incierto. Y en ese espacio - entre lo conocido y lo nuevo - dejo que la vida me enseñe, una vez más, que confiar también es una forma de avanzar.


"Si vivimos como respiramos, tomando y
soltando, no podremos equivocarnos".
Clarissa Pinkola Estés


viernes, 5 de septiembre de 2025

el contacto que transforma

El contacto que transforma, ese poder sutil de reconectar con uno mismo y con otros, es una necesidad vital. A veces lo pensamos solo como un abrazo o una caricia, pero también puede manifiestarse en una palabra amable, en una escucha atenta o en la simple presencia de alguien que camina a nuestro lado.

El otro día, mientras estudiaba, me quedó grabado un texto que hablaba de la importancia del contacto en un sentido amplio. No solamente físico, como son los abrazos o las caricias, sino también como contención emocional: la palabra que alivia, la escucha que acompaña, la mirada que sostiene.

En este sentido, podemos decir que los beneficios que se encuentran en el poder del contacto son múltiples y repercuten no solamente a nivel físico, sino también en lo emocional y social:

regula el sistema nervioso: un abrazo profundo estimula el nervio vago y favorece la relajación, nos alivia y hace sentir ese "todo va estar bien". 
libera oxitocinala llamada "hormona del bienestar", que permite reducir el estrés y fortalecer el sistema inmune.
aporta calma y descansoel contacto cercano puede disminuir la presión arterial y favorecer un sueño reparador.
es vital desde el nacimientoen bebés, el contacto piel con piel favorece el desarrollo neurológico, la seguridad y la regulación emocional.
fortalece los vínculossentirnos escuchados y abrazados, refuerza la confianza y la sensación de pertenencia.
reduce la idea de sentirnos solos: la presencia cercana, sea física o no, a través de la escucha o la palabra, nos recuerda que no estamos solos en el camino.
aumenta la autoestimasabernos valorados desde la palabra o el gesto, nos ayuda a sentir que somos merecedores de amor.
es un puente hacia la empatíaescuchar sin interrumpir, contener sin juzgar, acompañar sin comparar.

En lo cotidiano, tal vez recuerdes la calma que trae un abrazo cuando sentís miedo, o la paz de saber que alguien, te escucha sin necesidad de darte soluciones. Ese tipo de contacto se convierte en una especie de medicina invisible, que produce un impacto profundo en nuestro bienestar.

Por otro lado, el contacto también nos invita a volver a nosotros mismos. A veces creemos que solo se trata de estar con los demás, pero la verdadera raíz está en cómo nos relacionamos con nuestro propio interior. Conectar y escuchar nuestro cuerpo, detenernos a respirar de manera consciente, darnos una palabra amable en momentos de dificultad… todo eso también es contacto.
Cuando nos reconectamos con nosotros mismos, podemos abrirnos de manera más auténtica al encuentro con otros. Estar presentes, compartir desde la calma y sentir que el vínculo se convierte en sostén. 

Es así que el contacto - en cualquiera de sus formas - se vuelve un recordatorio de que la vida se teje en la unión: con nuestro ser, con los demás, con el camino que transitamos. A veces, lo que necesitamos es simplemente que alguien camine a nuestro lado... sin decirnos que vamos lento. Nos enseñaron a vivir acelerados, a creer que si no avanzamos rápido, estamos fallando… pero la verdad es que cada uno tiene su propio ritmo y no pasa nada si el tuyo es distinto.

El contacto - ya sea un abrazo, una palabra o una presencia silenciosa - nos recuerda que no se trata de correr para llegar, sino de sentirnos acompañados mientras descubrimos el camino.

" El encuentro de dos personas es como el contacto
  de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción,
ambas se transforman."
  Carl Jung

viernes, 15 de agosto de 2025

nervio vago: un hilo invisible a la calma

Anoche mientras tomaba un infusión de jengibre y reflexionando acerca de un libro que estoy leyendo y, sobre uno de los temas que destaca, la importancia del nervio vago para sentirnos relajados... pude darme cuenta que, a veces, sigue pasando desapercibido y es una de las claves el poder prestarle atención para encontrarnos con la calma y la serenidad en nuestras vidas.

Desde un punto de visto etimológico, su nombre proviene del latín vagus, que significa "errante”, porque recorre un largo camino desde el cerebro hasta el abdomen, pasando por el cuello, el corazón, los pulmones y gran parte del sistema digestivo.

Cuando el nervio vago está equilibrado y activo, sentimos más calma, dormimos 
mejor y nuestro cuerpo responde de manera saludable al estrés. En tanto que, por el contrario, cuando su actividad es baja, podemos experimentar estados de ansiedad, insomnio, tensión muscular o problemas digestivos.

Es el nervio más largo del cuerpo y es el principal del sistema nervioso parasimpático, quien es el encargado de activar la respuesta de descanso y recuperación, después de momentos de estrés o actividad intensa
En este sentido, podemos imaginarlo como un canal de comunicación entre el cerebro y el cuerpo, enviando mensajes en ambas direcciones.

Entre sus funciones más importantes, el nervio vago:
- regula la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
- favorece una respiración profunda y tranquila.
- estimula la digestión y el movimiento intestinal.
- influye en la respuesta inflamatoria del cuerpo.
- participa en la producción de hormonas relacionadas con el bienestar.
- está muy ligado a nuestras emociones y a la sensación de seguridad interna.

La buena noticia es que podemos cuidarlo y estimularlo de forma natural. Y es ahí donde entran en juego pequeñas prácticas diarias que actúan como caricias para nuestro sistema nervioso, ayudándonos a descansar y a sentirnos más presentes.
Una vez que comprendemos su recorrido y su papel en activar el sistema parasimpático, podemos buscar formas suaves y naturales de estimularlo.

Algunas de esas prácticas, pueden ser:
respiración lenta y profunda: prueba inhalar por la nariz contando hasta 4, exhalar contando hasta 6, y repetir durante algunos minutos; esto permite enviar al cuerpo la señal de que está a salvo.
meditación y atención plena: unos minutos de silencio, observando la respiración o las sensaciones corporales, ayudan a regular el sistema nervioso.
canto, tarareo o mantras: explorar las vibraciones que se producen en la garganta al cantar, estimulan directamente el nervio vago y calman la mente.
automasaje: masajear suavemente el cuello y detrás de las orejas, el abdomen o la zona del corazón, puede favorecer la relajación y mejorar el tono vagal.
gárgaras con agua: un ejercicio simple que activa los músculos de la garganta y estimula el nervio vago.
contacto con agua fría: un splash de agua fresca en la cara o unos segundos bajo la ducha fría activan el reflejo de inmersión, bajando el ritmo cardíaco.
movimiento consciente: yoga, tai chi o un paseo lento con respiración profunda ayudan a que el cuerpo y la mente entren en sintonía.
conexión humana: abrazar, reírnos, conversar mirándonos a los ojos... la sensación de vínculo seguro es alimento para el nervio vago.
escuchar música suave: sintonizar con sonidos armónicos y ritmos tranquilos invitan al cuerpo y a la mente a relajarse.
prácticas de gratitud: dedicar un momento a reconocer lo bueno que hay en tu vida y agradecer, genera bienestar emocional y activa la respuesta de calma.

Podemos decir entonces que al cuidar y estimular el nervio vago, no sólo puede conducirnos a sentir calma, sino también a cultivar un mayor sentido de conexión con nosotros mismos, con los demás y con el mundo que nos rodea, promoviendo así un mayor bienestar físico, mental y emocional.

Desde una mirada metafórica poética, es el puente silencioso entre el cerebro y el cuerpo, un mensajero que susurra calma y equilibrio a través de sus extensos recorridos que, actúa como un director de orquesta, modulando funciones vitales para favorecer la relajación y el bienestar general.


miércoles, 30 de julio de 2025

hablemos de ansiedad

En estos tiempos que corren o mejor dicho, que hacen a veces andemos a las corridas y, en lo personal, creo que sin mucho sentido más que para terminar física y mentalmente agotados... empecé a reflexionar sobre los estados de ansiedad que, a pesar de ser una persona tranquila y relajada y, que vengo hace un tiempo transitando el camino de la auto-observación, del autoconocimiento... interiormente a veces aún siguen apareciendo esos estados. Claramente, de manera sutil, pero se hacen sentir frente a situaciones que no se resuelven todavía - porque llevan su tiempo, frente a ciertas incertidumbres, en fin... la cuestión es que cada tanto siguen apareciendo y, en mi caso, como la famosa frase: "la procesión va por dentro". 

En cuanto a la definición de la ansiedad, podemos decir que es una respuesta adaptativa a situaciones estresantes o amenazantes, que nos ayuda a prepararnos para la acción. Una emoción normal que todos experimentamos - en algún momento, caracterizada por sentimientos de preocupación, miedos o inquietud.
No sólo implica el orden psico-emocional,
 sino que también puede expresarse como un mensaje del cuerpo, generalmente, manifestado en un síntoma, una especie de llamado del alma para prestar más atención. 
En este sentido y desde una visión holística, la ansiedad puede ser vista como una señal de desconexión: de uno mismo, del cuerpo, del momento presente. Y cómo esas señales son un llamado a “volver al cuerpo".

Algunas señales del cuerpo que pueden indicarnos estados de ansiedad, son:
- palpitaciones
- dificultad para respirar profundamente
- nudos en el estómago
- sensación de presión en el pecho
- insomnio o fatiga constante

Y más allá de lo evidente a nivel físico y psico-som´ático, pueden encontrarse otras menos exploradas, como:
- desconexión espiritual
- vida acelerada y falta de pausas conscientes
- emociones no expresadas (rabia, miedo, tristeza)
- falta de propósito o sentido vital
- sobrecarga energética (personas muy sensibles o empáticas)

Algunas herramientas simples pero poderosas para poder regular esos estados, pueden ser poner en práctica lo siguiente:
respiración consciente: respiración completa o yóguica (técnica que incluye respirar, por nariz, desde la zona abdominal, hacia la torácica y la clavicular).
movimientos suaves: realizar estiramientos o yoga, caminatas en la naturaleza.
anclajes sensoriales: tocar una piedra o descalzarse, realizar grounding (caminar descalzos sobre el suelo, césped, tierra o arena), conectar con el aroma de un aceite esencial, entrar en contacto con el agua (arroyo, río, mar).
diálogo interior compasivo: escribir o decir en voz alta afirmaciones como “estoy a salvo”, “todo está bien, aquí y ahora”, " ya pasará este momento"
técnicas energéticas: hacerse reiki, o simplemente llevar las manos al pecho y, respirando, sentir el latir del corazón.

La ansiedad es una emoción que no hay que eliminar o reprimir cuando aparece, sino que al contrario, debemos estar atentos, observar qué nos quiere decir y acompañar, porque podemos aprender a vivir en calma incluso cuando la ansiedad aparece. Porque es ahí entonces, cada vez que decidimos atravesarla, cuando empezamos a conocernos más y fortalecernos frente a los aconteceres de la vida misma.

                        " La ansiedad no es el enemigo, sino un mensajero que 
                           nos pide volver al momento presente con más amor."


lunes, 7 de julio de 2025

conectar con la glándula timo

La glándula timo situada en la parte superior del pecho, detrás del esternón y por delante del corazón, es sumamente importante no sólo por sus funciones biológicas, sino también por su relación con nuestra sensación de bienestar.
Su papel fundamental a nivel sistema inmunológico es la producción de células esenciales para combatir infecciones y enfermedades, pero a nivel emocional se la relaciona también con la regulación del estrés y otras emociones, e incluso se la suele llamar la "glándula de la felicidad".

Desde el punto de vista energético, se puede establecer también una conexión entre el chakra del corazón (Anahata) y la glándula timo, ya que ambos están relacionados con la capacidad de amar, la empatía y la salud emocional. El chakra del corazón actúa como un puente entre las emociones y la conexión con uno mismo y los demás, mientras que el timo es fundamental para el sistema inmunológico y la respuesta emocional. Un timo equilibrado se asocia con un corazón abierto y una mayor capacidad para experimentar emociones positivas. 

Podemos decir entonces que el timo es una glándula vital para la salud inmunológica y, potencialmente, para el bienestar emocional. Cuidar del timo a través de una alimentación saludable y técnicas de regulación del estrés, puede contribuir a mantener un sistema inmunológico fuerte y un estado de ánimo positivo. 

¿cómo estimularlo?
# realizar ejercicios físicos:
la actividad física regular, como salir a caminar, andar en bicicleta o nadar, mejora la circulación sanguínea y el flujo de oxígeno.
# practicar yoga: 
realizar asanas o posturas que ayuden abrir el pecho y favorezcan la respiración profunda, como puede ser la postura de la cobra (Bandhasana), el pez (Matsyasana), el arco (Dhanurasana) o el camello (Ustrasana).
# focalizar en técnicas de repiración: 
como ser la respiración completa o yóguica (se respira involucrando zona abdominal, torácica y clavicular) y la respiración alternada por fosas nasales (Nadi Shodhana, 
técnica que expliqué cómo ponerla en práctica en un artículo anterior), ayudan a oxigenar el cuerpo y relajar el sistema nervioso.
# realizar suaves golpecitos con las yemas de los dedos en el área del timo (parte superior del pecho, por debajo de la clavícula), ayuda a estimular la circulación sanguínea y linfática en la zona, promoviendo la función inmunológica.
# cultivar la capacidad de reírnos, si... la risa siempre aliviana pesares, liberando endorfinas, mejora estados de ánimos y nos regala inmediatamente una sensación de bienestar y alegría.

A modo de cierre, les propongo probar poner en práctica algo tan simple como es tocar esa zona del cuerpo, con gestos suaves y amorosos y, de manera consciente, respirar... cerrar los ojos y observar qué sentimos.
Luego de unos instantes, podrán percibir una sensación de calma que puede contribuir en mucho a fortalecer nuestras defensas y alegría interna, además de ayudarnos a liberar emociones bloqueadas y promover una sensación de bienestar general.

"Nuestro cuerpo guarda una sabiduría inmensa.
Sólo hay que saber escucharlo."


miércoles, 25 de junio de 2025

el invierno y sus energías

Nos encontramos transitando la estación del año donde el frío y la oscuridad o mejor dicho, los días con menos presencia de luz del sol, nos invitan a guardarnos, a mirar hacia adentro y volvernos más introspectivos, a buscar algo calentito para beber que ayude a templar nuestro cuerpo, para luego seguir con lo que estábamos haciendo.

Según la Medicina Tradicional China, las energías que prevalecen durante esta época del año provienen del elemento agua que representa la capacidad de fluir, adaptarnos y ser flexibles. A su vez, está estrechamente relacionado a los riñones y la vejiga urinaria, así como también a las glándulas suprarrenales. Los riñones almacenan la esencia (energía vital) y regulan el agua en nuestro cuerpo, en tanto que la vejiga urinaria almacena y excreta la orina.





Desde otro punto de vista, podemos establecer una relación entre estos órganos y los chakras o centros energéticos: pueden asociarse al primer centro energético o chakra raíz, llamado Muladhara, ubicado en la base de la columna vertebral, relacionado con la supervivencia, la seguridad y la conexión con la tierra, como también al segundo chakra o sacro, llamado Svadhisthana, ubicado en la zona abdominal o dos dedos por debajo del ombligo, relacionado con el deseo, la creatividad y las emociones.

Durante el invierno, la energía de los riñones puede debilitarse debido al frío y la humedad, pudiéndose desencadenar diversos síntomas físicos y emocionales. La emoción asociada a los riñones y al elemento agua es el miedo, por ende, un desequilibrio en las energias puede manifestarse en miedos, fobias, inseguridades, estados de estrés o ansiedades, falta de confianza, entre otros. Si bien, el miedo, en situaciones de peligro real, es una emoción adaptativa que nos ayuda a sobrevivir, cuando se vuelve algo crónico o se experimentan situaciones imaginarias, hay que empezar a prestarle atención.

En esta época del año se recomienda prestar especial cuidado a los riñones y a la vejiga urinaria, para entonces regular las energías y las emociones que puedan aflorar.
¿qué podemos hacer para equilibrar?
# nutrirnos a través de la alimentación: no sólo beber agua ayuda eliminar toxinas y depurar, sino también infusiones (diente de león, ortiga, té verde), jugos de arándanos, sopas o caldos de verduras de raíz (hojas verdes).
# practicar meditación a través de la recitación de mantras, repitiendo las sílabas LAM (chakra raíz) y VAM (chakra sacro): el sonido siempre nos hace viajar hacia adentro y en esa repetición, nos conduce a la calma.
# practicar yoga para equilibrar las energías o, realizar grounding (ejercicio de bioenergética para enraizarse explicado en un artículo anterior).
# poner en práctica técnicas de respiración que nos ayuden a relajar, a fines de reducir miedos, estados de estrés o ansiedades.
# buscar realizarse masajes, tomar sesiones de shiatsu o acupuntura, que ayuden a liberar posibles bloqueos energéticos.

Podemos decir entonces que intentar equilibrar las emociones relacionadas a los riñones y la vejiga urinaria, implica reconocer el miedo como una emoción clave, aprender a gestionarlo y adoptar un estilo de vida saludable que incluya una buena hidratación, una dieta equilibrada, ejercicio físico y apoyo emocional.

Aquí les comparto una frase que resuena bastante en mí, cuando estoy necesitando focalizar en algo: la atención energiza, la intención transforma... porque se sabe que donde va la atención va la energía y que, con nuestra intención, hacemos que todo se transforme.

jueves, 5 de junio de 2025

la respiración, siempre

Si bien, en otros artículos me he referido a la importancia de la respiración, hoy hablando con mi profesora de Ashtanga sobre unos talleres, me llevó a recordar una de las técnicas respiratorias que más me ha resultado, cuando no logro a veces conciliar el sueño, en ésta nueva etapa de la vida que estoy transitando, la perimenopausia.

A lo largo de los años he tenido la posibilidad de aprender diferentes técnicas en materia de respiración, de modo que puedo decir que la respiración consciente, es decir cuando logramos conectar con la respiración de una manera no automática y observamos nuestro respirar, se convierte en una herramienta simple al alcance de la mano que resulta muy beneficiosa, tanto a nivel físico como mental y emocional.
En éste sentido, puedo decir que siempre ha sido mi cable a tierra, en momentos de angustia, de ansiedades o sentir tensiones a nivel físico; porque simplemente buscando conectar con mi respiración y concentrada en ese ir y venir del aire, al inhalar y al exhalar, en pocos minutos, podía sentir que algo había cambiado en mí: me sentía más en calma, si había tensiones, iban cediendo con cada exhalación y, a veces, sucedía que empezaba a bostezar hasta lagrimear, como una forma también de seguir liberando. 

En el caso puntual de las técnicas que siempre he empleado han sido y son aquellas en que las respiraciones son completas (involucrando zona abdominal, torácica y clavicular), otra es la alternada (nadi-sodhana: técnica que expliqué cómo ponerla en práctica en un artículo anterior) y últimamente, estoy practicando la respiración lunar (en sánscrito: chandra bhedana pranayama) que consiste en respirar por la fosa nasal izquierda, tapando la fosa nasal derecha con pulgar de la mano derecha y, simplemente, respirar profunda y lentamente por la izquierda. 
¿cómo ponerla en práctica?

- posición: siéntate cómodamente con la columna erguida, sin tensionar.
- mudra: cierra la fosa nasal derecha con el pulgar de la mano derecha.
- respiración: inhala y exhala lenta y profundamente por fosa nasal izquierda.
- foco: concéntrate en la respiración y en la zona del entrecejo.
- duración: al principio, empezar con 10 respiraciones y observar qué efecto va produciendo en ti, para luego ir aumentando gradualmente. 
¿beneficios?
permite activar el sistema nervioso parasimpático, promoviendo la relajación, la calma y la introspección;
 equilibra las energías del cuerpo, calmando la mente y conectando con la energía lunar o femenina.

Por último, esta técnica respiratoria proveniente del Yoga, al ser sencilla y efectiva, no sólo nos está invitando a mejorar nuestra salud individual, sino también a formar parte de un movimiento colectivo que valora el poder vivir más en equilibrio y tranquilos en lo cotidiano de la vida misma. Podemos decir entonces que la respiración lunar, como técnica que promueve la salud integral, puede
 desempeñar un papel importante en la mejora de la calidad de vida.

jueves, 22 de mayo de 2025

transitar el camino del medio

Desde el punto de vista budista, el Camino del Medio (término en sánscrito: madhyama: medio o central - pratipada: camino o víase refiere a una forma de pensamiento y acción que evita los extremos, tanto a nivel intelectual como práctico, y se enfoca en la sabiduría y en una comprensión más equilibrada, orientándose hacia un camino que, podríamos decir, de iluminación y realización personal.

En ese sentido y sin retirarnos del mundo, las enseñanzas budistas hoy nos invitan a descubrir esa posibilidad en todas partes, como ser en la práctica de una meditación, en la tienda o el almacén, el trabajo, o en donde quiera que nos encontremos. Porque, en ese caminar por el medio, es donde vamos a lograr descubrir o mejor dicho, aceptar la realidad tal cual se nos presenta, donde existen todos los opuestos o las polaridades, desde la oscuridad y la luz, el frío y el calor, hasta la alegría y la tristeza, la confianza y el miedo, entre otros.

Y entonces, nos preguntamos: cómo aplicar ésta sabiduría antigua en nuestras vidas?
El Camino del Medio nos ofrece una especie de guía para que podamos llevar una vida más plena y satisfactoria, basada en el equilibrio, la moderación y la sabiduría, donde la comprensión de la felicidad la encontremos en la vida misma, no en la búsqueda de los extremos, sino en lo simple que la vida nos ofrece todos los días.
Algunos ejemplos prácticos, pueder ser: 
en la alimentación: evitar caer en el extremo de comer demasiado o de abstenerse de comer por completo, sino que encontrar un equilibrio que nos sirva a nosotros en cuanto a la manera de alimentarnos; porque tal - como nos recuerda el Ayurveda, si nos apetece comer algo pero a veces ese algo no nos sienta del todo bien, se puede optar por comer menos cantidad y buscar tomar algo para acompasar (infusiones, semillas) y así comenzar a conectar con una forma de alimentarnos más consciente.
en el trabajo: evitar entregarse por completo al trabajo al punto de descuidar la vida personal, sino intentar buscar un equilibrio entre las horas que trabajamos y nuestra vida personal; es importante cuidar nuestros vínculos... desconectar del trabajo cuando llegamos a casa, a modo de resetear nuestra mente y cuerpo de todo el día.
en las relaciones: evitar aferrarse o vincularse de manera obsesiva con otros, tampoco ser distantes, sino intentar cultivar vínculos saludables y equilibrados, en donde el dar y el recibir se den naturalmente, la comunicación siempre sea asertiva y valoremos lo interconectados que estamos.

Como mencioné al inicio, siento que la vida hoy nos está invitando a aplicar este principio budista del Camino del Medio y aceptar, de alguna manera, a vivir entre la salud y dolencias físicas y/o emocionales (o enfermedades que a veces somatizamos), así como también entre la incertidumbre y el control. Y claramente sabemos que fácil, no es... pero soy una convencida que si empezamos a practicar ese caminar por la vida más en términos medios, apreciando la variedad de colores que nos ofrece, podemos empezar a observar y darnos cuenta que la vida siempre nos pone en el lugar que debemos estar en un momento determinado, para abrirnos a nuevas experiencias, sean placenteras o dolorosas, y seguir aprendiendo y caminando por la vida de una manera más conectada, más consciente.

Por último, y para concluir podemos pensar también en el hecho de que nada en la vida es absoluto sino que también existe lo relativo y ahí es donde practicar el Camino del Medio puede llevarnos a desarrollar una mayor conciencia de nuestras acciones y reacciones, aceptar nuestras limitaciones y, mediante una práctica constante, poder encontrar ese punto medio o equilibrio en las situaciones diarias de la vida misma.

"Nadie nos salva, salvo nosotros mismos. Nadie puede ni debe.
Debemos recorrer el camino nosotros mismos."
Siddharta Gautama Buda


lunes, 5 de mayo de 2025

regularnos emocionalmente

¿Cómo saber si estamos emocionalmente regulados? si, frente a situaciones en lo cotidiano de la vida o al relacionarnos con otros, respondemos de manera asertiva o reaccionamos? En éste sentido, es donde busco profundizar acerca del tema porque creo no pasa por retirarnos del mundo, hacer rituales o estar meditando las 24hs para sentir que estamos en equilibrio sino que quizás, aprendiendo a observarnos en lo cotidiano, podemos reconocer nuestras emociones o al menos, empezar a registrar cómo nos encontramos emocionalmente hablando.

Después de años recorriendo estos caminos, desde lo personal, puedo llegar a la conclusión que lo emocional, aprender a procesar las emociones - sin reprimirlas, es lo más importante que podemos hacer por nosotros. Las emociones bien procesadas, expresadas y aceptadas, en el momento adecuado, son uno de los aspectos más importantes a trabajar en nosotros, tanto para lograr bienestar en nuestras vidas como para sentir que nuestro cuerpo está en armonía, a nivel físico y mental, para luego - si lo deseamos, llegar a trabajar en un plano más espiritual.

Con esto quiero decir que no hay emociones ni buenas ni malas, simplemente, son y depende de nosotros cómo saber procesarlas y canalizarlas de la mejor manera posible. Como solía decir Victor Frankl: "las circunstancias externas pueden despojarnos de todo, menos de una cosa: la libertad de elegir cómo responder a esas circunstancias."
Sentirse emocionalmente regulado no significa evitar sentir, sino todo lo contrario, ser consciente de las emociones que van surgiendo momento a momento y observar cómo respondemos, es decir, sentirlas de manera consciente, para evitar así responder desde el impulso. En definitiva, es intentar poder sostener las emociones que vayan surgiendo, pero sin sentirnos ahogados en ellas o bien, terminar negándolas.

De ésta manera, la regulación emocional podemos empezar por observarla en lo simple y cotidiano de la vida que, es ahí, donde debemos intentar poner el foco para poder llevar una vida más saludable, sentida y equilibrada, como por ejemplo:
- lograr tener una conversación incómoda, sin sentir que nos vamos desmoronar.
- poder tener un mal día, pero evitar ir destruyendo luego todo al paso.
- permitir darnos un descanso, sin sentir culpa, sin dar explicaciones.
- poder saber cuándo parar, ese "hasta que llegamos", cuándo decir "no".
- saber poner límites de manera asertiva, cuidarnos o preservarnos.

Podemos decir entonces que no necesitamos forzarnos o convertirnos en otra persona o realizar prácticas que no resuenen con nosotros, sino simplemente observarnos y ver qué funciona en nosotros, con qué resonamos, para poder sentirnos emocionalmente estables, más conectados con lo que somos, en definitiva, intentar ser coherentes con lo que sentimos y pensamos, para luego actuar desde un lugar más consciente.

Por último, sin olvidar que no hay fórmulas mágicas y que a veces suena fácil decirlo o escribirlo, se sabe que en la escuela de la vida todo se termina viendo en la práctica, porque es ahí donde podemos ir aprendiendo y regulando las emociones, desde la experiencia, dejando de lado todas las teorías y, simplemente siendo... de la mejor manera que podamos SER.

"Me gusta la gente sentipensante, que no separa la razón del corazón.
Que siente y piensa a la vez. Sin divorciar la cabeza del cuerpo,
ni la emoción de la razón." Eduardo Galeano


martes, 22 de abril de 2025

el auto-masaje y sus beneficios

Tal como había comentado anteriormente, hoy voy escribir de lo beneficioso que a veces resulta hacernos un auto-masaje y la sensación de bienestar que produce.
Técnicas, hay varias y diversas, algunas más complejas que otras, pero lo importante es que, más allá de la disciplina que provengan, están basadas en la intuición e intención de querer sentirnos bien y que ese malestar o dolencia se aliviane con el sólo hecho de realizar algún movimiento o presionar una zona o punto particular en nuestro cuerpo.

Para comenzar e ir a lo práctico, detallaré dos tips que ayudan a relajar los pies y la cabeza, dos de las zonas del cuerpo más importantes que al darles un masaje permiten liberar tensiones, malestares o dolencias, energías acumuladas, etc. Los pies son el reflejo perfecto del cuerpo, por ende, hacer un masaje con aceite o crema puede hacernos sentir un alivio inmediato y luego cierta sensación de bienestar en el resto del cuerpo; en tanto que la cabeza es una zona donde también suelen acumularse tensiones y es necesario masajear para despejar la mente y sentirnos más livianos.

auto-masaje en pies
el punto del Plexo Solar, se encuentra en el centro del pie, debajo de las almohadillas metatarsianas, entre el 2do y 3er dedo (ver imagen). es una zona refleja del cuerpo que abarca parte del sistema disgestivo y el diafragma, donde suelen acumularse tensiones, emociones o estrés. por lo cual, activar este punto va ayudarnos a:
- experimentar una sensación de relajación. 
- aliviar molestias o dolencias.
- reducir el estrés, estados de ansiedad.
- mejorar la digestión.
- restablecer el equilibrio general del cuerpo.

¿cómo estimularlo? con aceite o crema, masajear ambos pies, abarcando toda la planta del pie hasta los dedos. luego, bajar con el dedo pulgar hasta la mencionada zona, presionar unos instantes y combinar con movimientos circulares para ir liberando la zona que, a la primer presión, resulta a veces un tanto dolorosa. luego, desde ese punto se puede ir, con ambos pulgares, desde el centro hacia los costados.

auto-masaje en cabeza
el punto Feng Chi - vesícula biliar 20, se sitúa en la zona posterior del cuello, debajo del hueso occipital, se encuentra en la depresión entre el extremo superior del músculo esternocleidomastoideo y el extremo superior del músculo trapecio (ver imagen). activar este punto una vez al día o cuando sintamos rigidez, va ayudarnos a:
- liberar tensiones acumuladas en cuello y cabeza.
- mejorar la circulación y el drenaje linfático.
- aliviar el bruxismo, migrañas y cefaleas.
- reducir la fatiga ocular y sensación de pesadez en la mirada.
- equilibrar la energía de la vesícula biliar y así favorecer la claridad mental.

¿cómo estimularlo? con los dedos pulgares en los puntos, inhalar y realizar una leve presión por 30 segundos, al exhalar, combinar con movimientos circulares suaves y soltar, acompañando siempre con una respiración profunda.

Imágenes
: plexo solar y feng chi


confiar en los procesos

Hay momentos en la vida en los que todo se mueve. A veces, sin previo aviso: los lugares cambian, las rutinas se desarman, las certezas se d...